Todo va deprisa. Todo se consume rápido. La gente quiere las cosas ya, ahora. Por eso triunfa la comida rápida, los productos preparados en los supermercados, la comida a domicilio…
En esta vorágine, debida en buena medida por nuestro estilo de vida, en el que las parejas y matrimonios trabajan los dos, por ejemplo, no hay mucho tiempo para pararse a hacer un buen plato de comida, a leer detenidamente un artículo o un libro o si uno quiere ver una película o serie de su agrado debe robarle horas al sueño.
No hay duda que las cosas han cambiado mucho. Antes las personas paraban a leerse un periódico y desgranar así la información del día. De una manera sosegada, con concentración. Ahora probablemente aprovechamos los entre tiempos para informarnos. Y claro eso afecta a la atención.
Si nos fijamos cómo han evolucionado los periódicos en los últimos 120 años veremos el cambio claro. Me fijo en los periódicos porque son el origen del periodismo. A principios del siglo XX, los diarios estaban llenos de textos con letra muy pequeña y titulares algo mas grandes. Debido al precio del papel, se aprovechaba casi todo el espacio para poder rellenar con contenido. A duras penas llevaban algunas ilustraciones y con suerte alguna foto.
Con el paso de las décadas, los diarios fueron ampliando el tamaño de la letra, tratando de cuidar su estética, dejar más espacios y aumentando cada vez más el número de fotografías, ilustraciones o infografías.
Hoy los diarios tienen una cantidad de imágenes que en algunos casos se equipara a las partes en texto. La imagen ha cobrado una importancia sin igual hasta ahora. Y en los periódicos digitales, ya no son solo las fotografías las importantes, si no que actualmente están llenos de vídeos, de noticias de televisión, memes, reportajes. ¿Y por qué? Porque los editores se han dado cuenta que la gente ya no quiere leer, ya no le dedica tanto tiempo, prefiere ver vídeos con los que enterarse de la información en poco tiempo y así tendrá más tiempo para ver más noticias o más vídeos de entretenimiento.
Las redes sociales han fomentado claramente esta tendencia. Las nuevas y más poderosas para el público masivo, que probablemente sean en la actualidad Instagram y TikTok, apuestan por contenidos cortos, para que veas cuantos más mejor, te quedes enganchado durante mucho tiempo a su red y así su publicidad les reportará más dinero.
Por eso, en este mundo rápido donde la gente no tiene tiempo o no quiere dedicarlo tanto como antes a conocer una información, el vídeo es sin lugar a dudas la mejor manera de comunicar y de llegar a la mayor audiencia posible. Podemos estar a favor o en contra de esta tendencia pero sin lugar a dudas, si queremos triunfar en este mundo, debemos hacerlo con sus reglas, las que se han impuesto, que es el triunfo de los vídeos, y de los cortos, además.
Las páginas webs de la empresas tienen vídeos, normalmente al menos uno corporativo general para explicar lo que son o hacen. Es una manera de facilitar en poco tiempo la comprensión de la compañía. De esta manera, de un vistazo ya la conocemos y ,obviamente, si nos interesan sus servicios leeremos también textos de la web. Pero el vídeo es como el gancho de la web.
En los 30 minutos que dura un informativo en televisión podemos enterarnos de las noticias más destacadas del día. Sin embargo, si tenemos que leernos un periódico entero necesitaremos seguramente más tiempo y tiempo es lo que nos falta ahora a casi todos.
La rapidez con la que conocer cosas es una parte muy importante de por qué ganan los vídeos hoy en día a los textos pero no es la única. Los vídeos llevan sonido, lo que aporta información extra, así como música en muchos casos, rótulos animados, efectos y un sinfín de complementos que inevitablemente hacen más atractivos a los vídeos.
Para que un texto sea llamativo debe estar bien escrito, con estilo que den ganas de saber más. Para el caso de un vídeo, ni siquiera tiene que estar bien grabado para hacerse viral, su temática, su humor o los efectos que lleve pueden convertirlo en destacado en las redes sociales.
De ahí que a nivel marketing sea imprescindible apostar por el vídeo como herramienta para vender, para impactar en un mercado plagado de imágenes, donde triunfan los puntos de información llamativos y rápidos, en el que las personas dedican menos tiempo a la lectura y están ávidas de disfrutar de contenido ágil y fácil de asimilar.Por ello, se puede decir claramente que el video es el rey tanto en la venta como en el entretenimiento.